El extranjero

El extranjero

 

Antonio Di Ciaccia*

El Forum de Roma sigue al Forum de Turín. Propuestos por Jacques-Alain Miller, los Forums europeos tienen el objetivo de continuar a plantear el interrogativo que Lacan había formulado sobre la relación entre inconsciente y política, y, paralelamente, acerca del lugar que tienen que tener los psicoanalistas en la ciudad, en la polis, en la sociedad.

El Forum de Turín, Deseos decididos de democracia en Europa, ha retomado la cuestión que Jacques-Alain Miller, en la Conferencia de Madrid del pasado13 de mayo, ya había planteado en los términos siguientes: “hacer existir al psicoanálisis en el campo político”.

Rosa Elena Manzetti, quien ha organizado el Forum de Turín del pasado 18 de noviembre en modo admirable, había puesto en evidencia el tema refiriéndose al Seminario más político de Lacan, o sea al Seminario XVII, El reverso del psicoanálisis. Dos derivas pueden ser individualizadas: la identificación con un significante fosilizado que puede alcanzar varias formas de totalitarismo y la identificación con un todo-saber que puede alcanzar varias formas de burocracias momificadas.

El psicoanálisis tiene necesidad de la democracia. Pero también la democracia tiene necesidad del psicoanálisis porque creemos que es posible decir que el psicoanálisis, al menos la enseñanza de Lacan, tiene los recursos para indicar de qué manera el discurso social podría evitar las trampas del totalitarismo y del integrismo.

Con el próximo Forum europeo de Roma se llega al meollo de una cuestión de máxima importancia. El título, El extranjero, pone el acento sobre un aspecto de estructura: el sujeto, en cuanto tal, es extranjero. Porque su lugar es, siempre, el lugar del Otro.

El subtítulo, Inquietud subjetiva y malestar social en el fenómeno de la inmigración en Europa, precisa que tanto a nivel subjetivo como a nivel colectivo la presencia de este “extranjero” no se enfrenta sin angustia.
En el Forum de Roma no se tratará de manera preeminente del trabajo cotidiano con el que se las ven los psicoanalistas, es decir el trabajo sobre el sujeto que cree ser alguien, pero que descubre que está habitado por un síntoma que le resulta extraño si bien sea suyo. No será principalmente éste el tema del Forum, pero el mismo nos indica, sin embargo, la línea guía a partir de la cual abordar esta problemática también a nivel social.

El extranjero en casa es un problema que divide entre sí a los Estados miembros de la Comunidad Europea, che divide internamente a cada País europeo, pero divide también a cada estrato social y conjunto político. Finalmente, divide a cada uno de nosotros.

En efecto, concretamente, ¿cómo se declina una comunidad? Una comunidad se declina con la exclusión del otro, o sea del extranjero. Paradojalmente, incluso las comunidades más abiertas implican automáticamente la exclusión del otro. Lacan recuerda que la democracia misma, en su origen, nació como una comunidad democrática entre amos, donde los esclavos estaban excluidos.
Hay entonces un problema del extranjero en casa. Hay además el problema de cuáles posibilidades de inserción ofrecerle. Y en qué términos. ¿Qué lugar le hacemos al extranjero? ¿Qué derechos le damos? ¿Cuáles son los derechos y los deberes de una comunidad hacia aquellos que no son parte de ésta, pero que querrían serlo? ¿Qué hacer, además, para que una comunidad no se encuentre desestabilizada?

Así como es necesaria una propedéutica subjetiva para limitar y asimilar al extranjero que está en cada uno de nosotros, también es necesaria una propedéutica para limitar y asimilar al extranjero que pide ser integrado en una comunidad.
Innumerables son las personas que han respondido a la invitación a participar y a intervenir en el Forum organizado por los psicoanalistas de la Escuela de Lacan en Italia. Algunos de ellos estudian y profundizan esta temática desde hace tiempo. Otros están directamente implicados a partir de sus responsabilidades políticas, sociales y religiosas. Otros actúan concretamente a través de organismos y asociaciones, y traen su testimonio.
Claro está, sin embargo, que las respuestas que se esperan no pueden prescindir de la política.Querría terminar con un pasaje de Lacan. Invirtiendo la lectura habitual según la cual la historia está hecha por los potentes y su brama de poder, Lacan nos recuerda que “la historia no es nada más que una fuga, de la cual solo se cuentan los éxodos”.[1]

*Psicoanalista, miembro de la AMP (SLP)

Traducción María Laura Tkach

[1] J. Lacan, Joyce el Síntoma, en Otros escritos, Paidós, p. 595.

http://www.forumeuropeoroma.com/

 

 

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